lunes, 11 de mayo de 2015

Impacto del protocolo de atención del Trauma Craneoencefálico Severo En los pacientes del Hospital Traumatológico Dr. Ney Aria Lora Enero 2011- enero 2013

"Tesis presentada por estudiantes de UNIBE con datos del Hospital"

Autores:
Ana Carla Suárez González,
Leinester Montesino Borges Médicos Generales
Dr. Lizardi de la Cruz Neurocirujano
Dra. Violeta González Médico Salubrista

Resumen:

El Harrison de Medicina interna, identifica el TCE como el daño físico o deterioro funcional del contenido craneal, condicionado por un cambio agudo de la energía mecánica. El TCE es una patología frecuente en los países industrializados y en vías de desarrollo. Los TCE severos han supuesto un coste económico hospitalario importante, pues el impacto sanitario y socio económico de estos es enorme, constituyendo la primera causa de muerte en los individuos menores de 45 años de edad y la tercera causa en todos los rangos de edad. En EE.UU., en tan solo un año, ocurren 10 millones de casos, de los que hasta el 20% llevan asociados lesiones cerebrales. El TCE también constituye una causa importante de discapacidad traumática y originan 80,000 casos anuales de discapacidad neurológica residual. La OPS pronosticó que para el 2020, los traumatismos resultantes del tránsito podrían ser la tercera causa de muerte y discapacidad en el mundo, aproximándose a la gravedad que representan otros problemas de salud tales como la malaria, la tuberculosis y el VIH/SIDA. Es evidente que un manejo rápido y acertado que economice tiempo y dinero tendría como resultado un descenso de la morbilidad y mortalidad al igual que secuelas de pacientes con TCE, especialmente el de tipo severo. Es de vital importancia conocer el impacto del protocolo de atención de TCE severo de nuestros pacientes, especialmente en un centro como el Hospital Traumatológico Dr. Ney Arias Lora el cual es de referencia nacional, pues esta herramienta es la base de la prevención de futuras complicaciones y la disminución de la morbimortalidad.


Método:
Tipo de investigación: Observacional descriptiva, transversal de tipo in
ductivo.
• Instrumentos de recolección: Protocolo de atención del TCE severo del Hospital Traumatológico Dr. Ney Arias Lora, lista de cotejos y las Historias Clínicas de los pacientes. 
• Universo: 122 pacientes con TCE severo. En la investigación se trabajó con la totalidad de los pacientes que ingresaron a la Unidad de Cuidados Intensivos. 
• Criterios de exclusión: Pacientes referidos de otro centro en el que haya permanecido por más de 48 horas o que hayan fallecido en la emergencia del Hospital. 
• Procesamiento y análisis de datos: Pruebas de hipótesis y Chi cuadrado de Pearson, Odd Ratio (OR), tablas de contingencia entre las variables dependientes y la exposición. Tabulación y análisis de datos: Epiinfo y SPSS.



Análisis 
El sexo femenino es más vulnerable ya que presenta 3.5 veces probabilidades de morir que el masculino. Los pacientes con 3 puntos en la ECG, presentan 23 veces más probabilidades de morir que los que obtuvieron una puntuación más alta. 

Durante la investigación se encontró relación entre el tiempo de estancia en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) y la EGO, los paciente con 4 semanas o más tuvieron 2 veces más probabilidades de quedar con secuelas graves o en estado vegetativo en relación a aquellos que permanecieron por 2 y 3 semanas. 

Las variables: tipo de lesión (cerrado o penetrante) y muerte por complicación encefálica están relacionadas ((X2) = 1.513; gl=2; p < .469) . El 51% por ciento de los pacientes con lesión penetrante murieron, en contraste con el 38% de los fallecidos por lesión cerrada, corroborando con Guidelinesforthe Management of PenetratingBrainInjury (2010). 

Los resultados arrojados por el estudio de Tang y Lobel, (2009), fueron corroborados en nuestra investigación, ya que se evidenció relación entre la craneotomía descompresiva y la EGO ((X2) = 5.558, gl= 5 y p < .352) . El 65% de los pacientes que fueron sometidos a cirugía y el 52% de los que no fueron intervenidos sobrevivieron, por lo tanto es mayor la probabilidad de vivir en aquellos pacientes que se les realizó el procedimiento. 

En el Hospital el índice de mortalidad fue de un 43%. El estudio de Zemyan, Thompson, DeFina, (2010) reportó que el índice de mortalidad, en los Estados Unidos, del TCE severo fue aproximadamente un 36%, mientras que Reviejo et al (2012) en su estudio publicaron, que en el país Vasco esta taza fue de un 48.9%. En el estudio cubano realizado por Domínguez, Tablada y Fernández (2010) en los resultados previo al protocolo de atención la mortalidad era de un 60% y luego de la aplicación del mismo se redujo a 38%. 

En concordancia con el estudio de Piña, A., Garcés, R., Velázquez, E., Lemes, J., (2012), observamos que los pacientes con pupilas midriáticas en las primeras 24 horas presentaron 46 veces más probabilidades de morir que aquellos que no la presentaban. Por otro lado los pacientes con valores de tensión arterial sistólica igual o inferior a 90mmhg, tuvieron un alto índice de mortalidad, presentando 7 veces más posibilidades de fallecer que aquellos con niveles tensionales dentro de la normalidad.

Conclusiones más destacadas 
El sexo femenino tiene mayor índice de mortalidad que el masculino. Los pacientes con un puntaje en la ECG entre 3 y 5 tuvieron peor pronóstico. A medida que aumenta el período de estancia en UCI más graves son las secuelas que presentan los pacientes al egreso. Los pacientes que se exponen a lesión penetrante presentan mayor probabilidad de morir que aquellos con lesiones cerradas. Los pacientes sometidos a craniectomía descompresiva tuvieron mayor probabilidad de supervivencia que aquellos sin este tipo de intervención quirúrgica. La presencia de hipotensión y pupilas midriáticas en las primeras 24 horas son factores de mal pronósticos en el TCE severo. El protocolo de atención del Hospital Traumatológico Dr. Ney Arias Lora fue aplicado a todos los pacientes que se recibieron en el centro con TCE severo.

Bibliografía

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• Tang, M., Lobel, D. (2009). Severetraumaticbraininjury: maximizingoutcomes. The Mount SinaiJournal Of Medicine, New York, 76 (2),119-128
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Gráfica:



Fuente:

Suárez Ana, Montesinoo Leinester (2014), Impacto del protocolo de atención del Trauma Craneoencefálico Severo En los pacientes del Hospital Traumatológico Dr. Ney Aria Lora Enero 2011- enero 2013. Revista Científica Electronica. 2014;1(2) Recuperado de: http://www.hospitalneyarias.gov.do/pdf/REVISTA+cientifica+HTNAL+%281%29%20%281%29.pdf  












Traumatismos causados por el tránsito en países en desarrollo: agenda de investigación y de acción.


Los accidentes de tránsito en los países en desarrollo: la investigación y el programa de acción.

Cheng-Min Huang 1, un , Jeffrey C. Lunnen 1, b , J. Jaime Miranda 2,3, c , Adnan A. Hyder 1, d
1 Unidad Internacional de Investigación de Lesiones del Departamento de Salud Internacional, Johns Hopkins Bloomberg School of Public Health. Baltimore, MD, EE.UU..
2 Programa de Investigación en Accidentes de Tránsito, Salud Sin Límites Perú. Lima, Perú.
3 Facultad de Medicina, Universidad Peruana Cayetano Heredia. Lima, Perú.
a Médico, Magíster en Ciencias de la Salud; b Candidato a Magíster en Estudios de la Mujer; c Médico, Magíster y Doctor en Epidemiología; d Médico, Magíster y Doctor en Salud Pública.  

RESUMEN
Lesiones de tráfico Road (ITR) es la principal causa de muerte en personas de 10-24 años de edad en todo el mundo y representa alrededor del 15% de todas las muertes masculinas. La carga de la RTI se distribuye de forma desigual entre los países con más diferencias ochenta veces entre las tasas de mortalidad más altas y más bajas. Por lo tanto el riesgo desigual de RTI que ocurren en el mundo en desarrollo, debido a muchas razones, incluyendo pero no limitado a la rápida motorización y la infraestructura deficiente, es un importante desafío global. Este editorial destaca una serie de cuestiones clave que deben informar a los programas destinados a prevenir la RTI en el mundo en desarrollo, donde la epidemia es aún más insidioso. En primer lugar, la seguridad vial es un tema de desarrollo; en segundo lugar, accidentes de tráfico es un problema importante de salud; en tercer lugar, los accidentes de tránsito se pueden prevenir mediante la aplicación de medidas científicas; en cuarto lugar, es necesario pre-hospitalaria y de urgencias del hospital; y en quinto lugar, la investigación de RTI se descuida en los países de ingresos bajos y medianos ingresos. También se discute la repercusión de ese progreso a Perú.
Palabras clave. Los accidentes, el tráfico; Países en desarrollo; Salud pública (fuente: DeCS).


INTRODUCCIÓN
Los traumatismos causados por el tránsito son la principal causa de muerte en personas de 10-24 años a nivel mundial y representan alrededor del 15% de todas las muertes en varones (1,2). La carga de enfermedad de los traumatismos causados por el tránsito está distribuida de manera desigual entre los países pues la tasa de mortalidad más alta es ochenta veces superior a la mas baja (3). Alrededor del 90% de traumatismos causados por el tránsito ocurren en países de ingresos bajos y medios (4). Estos traumatismos causan muerte y discapacidad en varios grupos, incluyendo personas asalariadas, dejando a millones en la pobreza y a sus respectivas familias sin un soporte económico vital (5). Existe una clara desigualdad en el riesgo de ocurrencia de traumatismos causados por el tránsito, siendo notoriamente mayor en los países en desarrollo. Esta desigualdad se constituye en un reto mundial importante y se debe, aunque no sean los únicos factores, a muchas razones incluyendo la rápida motorización y la pobre infraestructura.

La presencia de este reto, de una mayor vulnerabilidad vinculada con los traumatismos causados por el tránsito en países en vías de desarrollo, no necesariamente quiere indicar que la comunidad internacional se ha mantenido ajena a este desafío. En el año 2004, con la publicación del Informe mundial sobre prevención de los traumatismos causados por el tránsito elaborado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Banco Mundial, y una sesión de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) dedicada a abordar la seguridad vial en el mundo, demostró ser una pieza fundamental en reconocer a los traumatismos causados por el tránsito como una epidemia. Recientemente, en el año 2009, este reporte fue seguido por el Informe sobre la situación mundial de la seguridad vial, elaborado por la OMS con el apoyo de la Bloomberg Family Foundation. Este último informe galvaniza esfuerzos para prevenir los traumatismos causados por el tránsito en 178 países, brindando una necesaria “línea de base” a nivel mundial (4).

La OMS predice que las muertes vinculadas con los traumatismos causados por el tránsito aumentarán, debido al desarrollo económico, de 1,3 millones de personas en el año 2004 a 2,4 millones de personas en el año 2030 (6). Según el Informe sobre la situación mundial de la seguridad vial, aproximadamente 90% de las muertes por traumatismos causados por el tránsito ocurren en países de ingresos bajos y medios, que albergan únicamente el 48% de los vehículos del mundo (4). Las insuficiencias en el diseño y el mantenimiento de infraestructuras, en la aplicación de la ley, en la atención de los traumas, e inclusive en los sistemas de vigilancia, son notorias en estos países (4). Cabe señalar que en estos contextos el presupuesto financiero nacional para estos servicios es a menudo escaso.

Este artículo hace énfasis en varios aspectos fundamentales que deberían informar a los programas diseñados para prevenir los traumatismos causados por el tránsito en el mundo en desarrollo, donde la epidemia está más extendida. En primer lugar, la seguridad vial es un tema de desarrollo; en segundo lugar, los traumatismos causados por el tránsito constituyen un problema importante para la salud; en tercer lugar, los traumatismos causados por el tránsito pueden ser prevenidos mediante la implementación de medidas científicas adecuadas; en cuarto lugar, es necesaria la atención de emergencias hospitalarias y prehospitalarias; y, finalmente, la investigación en los traumatismos causados por el tránsito está relegada en los países de ingresos bajos y medios. Se discute, además, la repercusión de estos avances para el Perú.


LA SEGURIDAD VIAL ES UN TEMA DE DESARROLLO
La OMS, basada en evidencia sólida, promueve al menos cinco medidas clave para la prevención de los traumatismos causados por el tránsito: el uso obligatorio del cinturón de seguridad, el uso de sistemas de retención (asientos especiales) para niños, el uso del casco en ciclistas y motociclistas, la implementación de leyes vinculadas con el consumo de bebidas alcohólicas durante la conducción de vehículos y, la reducción de los límites de velocidad máxima. Según la OMS, el riesgo de morir en un accidente se reduce en 61% si se usa correctamente el cinturón de seguridad y el uso obligatorio de sistemas de retención para niños puede reducir las muertes infantiles, hasta en 35%. El uso de casco reduce traumatismos craneales mortales y graves hasta en 45%. El cumplimiento, en todo el mundo, de leyes vinculadas con el consumo de bebidas alcohólicas durante la conducción de vehículos podría reducir las colisiones relacionadas con el alcohol en 20%. Y, por cada kilómetro que se reduce la velocidad promedio hay una reducción del 2% en el número de colisiones (7).

De aplicarse estas medidas se reduciría significativamente el riesgo de resultar lastimado en una colisión de tránsito. Sin embargo, muchas veces la situación económica de la población representa un reto. En muchos países se ha descrito que mientras menor sea nivel socioeconómico de un individuo, mayor es el riesgo de sufrir un traumatismo vinculado con una colisión vehicular, se identifica así a la pobreza como un factor de riesgo importante (8,9). Consecuentemente, aquellas familias que sobreviven día a día tratando de satisfacer necesidades y prioridades básicas, no tendrán acceso a este tipo de intervenciones efectivas sin la ayuda nacional e internacional.

Por otra parte, en los países de ingresos bajos y medios, las pérdidas ocasionadas por la muerte y discapacidad vinculada con los traumatismos causados por el tránsito pueden significar alrededor del 1-2% de su producto bruto interno (10). En términos absolutos, esto podría sumar alrededor de US$ 65 mil millones al año, que es más de lo que muchos países reciben en ayuda para el desarrollo. Si bien los programas de asistencia del extranjero apoyan a África, América Latina y Asia para reforzar sus infraestructuras, existe poco interés por adecuada planificación de los programas de seguridad vial a pesar de que estos podrían afectar potenciales ingresos provenientes del turismo, entre otras cosas. Por ejemplo, entre los años 2004 a 2006 se registraron 2361 muertes de ciudadanos de EE.UU. en el extranjero vinculadas con traumas, 50% de estas muertes ocurrieron en países del continente americano y, de estas, casi el 40%, fueron consecuencia de traumatismos causados por el tránsito (11). Invertir en el control de los traumatismos en el ámbito nacional puede transformar a los países de ingresos bajos y medios en lugares más seguros no sólo para los ciudadanos locales sino también para los extranjeros.



LOS TRAUMATISMOS CAUSADOS POR EL TRÁNSITO SON UN PROBLEMA IMPORTANTE DE SALUD

Cada año más de 1,2 millones de personas mueren y hasta 50 millones de personas resultan heridas o discapacitadas por traumatismos causados por el tránsito. La OMS predice que los traumatismos causados por el tránsito se convertirán en la quinta causa de muerte en el año 2030. El Perú no es ajeno a este problema y recientemente los traumatismos causados por el tránsito han sido identificados como una causa importante de carga de enfermedad total en este país (12-14). Los traumatismos causados por el tránsito son una amenaza para la salud mundial y para el desarrollo de las sociedades, por lo que el papel de los organismos de seguridad vial merece una atención especial.
                         
En la mayoría de los países existe la necesidad de contar con un organismo nacional que tenga suficiente financiamiento, personal adecuadamente entrenado y autoridad legal para recolectar información para evaluar y aplicar políticas de seguridad vial. Para ser efectivos, las políticas en seguridad vial en los países en desarrollo deben tener en cuenta las necesidades de todos los usuarios de las carreteras, sobre todo si se toman decisiones sobre la infraestructura, la planificación del uso de los terrenos y los servicios de transporte.


LOS TRAUMATISMOS CAUSADOS POR EL TRÁNSITO PUEDEN PREVENIRSE CON MEDIDAS BASADAS EN LA EVIDENCIA

La prevención de los traumatismos en general se basa tradicionalmente en el fundamento teórico de la matriz de Haddon en el que el huésped, el vector y los factores ambientales interactúan causalmente antes, durante y después del evento (15). Dado que las enfermedades infecciosas y crónicas se pueden prevenir mediante la aplicación del modelo huésped-vector, creemos que la introducción de nuevas tecnologías y políticas eficaces reducirán los traumatismos causados por el tránsito. El Informe sobre la situación mundial de la seguridad vial (4) sugiere que las siguientes intervenciones pudieran ser implementadas: reduciendo la exposición al riesgo a través de políticas adecuadas de transporte y de uso de los terrenos, configurando la red de vial para la prevención de traumatismos causados por el tránsito, mejorando la visibilidad de los usuarios de las vías, promoviendo diseños de vehículos para prevención de lesiones, estableciendo y asegurando el cumplimiento de las normas de seguridad vial y brindando atención luego de la colisión (10,16).

Como punto de partida, intervenciones tales como la aplicación más estricta del uso obligatorio del cinturón de seguridad, el uso de sistemas de retención (asientos especiales) para niños, el uso del casco en ciclistas y motociclistas, la implementación de leyes vinculadas con el consumo de bebidas alcohólicas durante la conducción de vehículos, y la reducción de los límites de velocidad máxima, tal y como ha sido indicado por la OMS, debe ser visto como un paquete comprensivo de intervenciones. Este paquete puede ser utilizado para promover el empoderamiento y la movilización de diversos agentes que podrían tener la función de mejorar la seguridad vial. Un aspecto clave para que estos esfuerzos den resultados es la implementación de estas medidas.

Sin embargo, los distintos contextos locales pueden plantear retos adicionales importantes, de manera que dicho paquete de intervenciones puede no resultar suficiente. Por ejemplo, en el Perú, a pesar de la existencia de límites de velocidad y leyes nacionales sobre el consumo de alcohol y conducción de vehículos, el 78% de las muertes relacionadas con traumatismos causados por el tránsito recae en el grupo de los peatones, el porcentaje más alto en la región (4). La seguridad vial no debería ser un privilegio que solamente gozan los usuarios de los vehículos. Mejores políticas e intervenciones basadas en evidencia sólida son esenciales para reducir los traumatismos causados por el tránsito en la mayoría de los “usuarios de vías públicas vulnerables” —los peatones— y los usuarios de los vehículos por igual.

El reto planteado por contextos particulares no quiere decir que la evidencia disponible no es aplicable. Por el contrario, adicionalmente a la implementación sistemática, estos contextos acusan la necesidad de una generación de evidencia complementaria. Esta debería ser rigurosa, innovadora y adecuadamente sustentada, desde las fases de investigación hasta su implementación. Este proceso debe ser visto como una inversión cuya rentabilidad repercutirá en un conjunto de intervenciones locales adecuadas destinadas a mitigar la carga de los traumatismos causados por el tránsito.


ES NECESARIA LA ATENCIÓN PREHOSPITALARIA Y DE EMERGENCIA

La encuesta del Informe sobre la situación mundial de la seguridad vial de la OMS mostró que 76% de los 178 países reporta alguna forma de sistema de atención prehospitalaria (4); sin embargo, la calidad de dichos sistemas no fue evaluada. Las diferencias observadas entre distintas regiones con relación a un desenlace más infortunado en aquellos pacientes que sufren traumas, pueden explicarse en parte por la falta de cirujanos capacitados, falta de personal de cuidados intensivos, por la presencia instalaciones médicas mal equipadas y por los servicios de emergencia y trauma desorganizados o inexistentes (17-20). La mejora en la atención de emergencia prehospitalaria no es una tarea fácil, sin embargo, varios estudios revelan que la atención de trauma prehospitalaria en países de ingresos medios, puede ser mejorada con intervenciones de bajo costo, tal como ocurrió en México, por ejemplo (21). Es hora de que la comunidad mundial invierta en la atención de trauma y en la atención prehospitalaria como una estrategia clave para mejorar la seguridad vial.


LA INVESTIGACIÓN EN TRAUMATISMOS CAUSADOS POR EL TRÁNSITO ESTÁ RELEGADA

Desde el Día Mundial de la Salud en el año 2004, el número de trabajos científicos sobre los traumatismos causados por el tránsito aumentó en los países de ingresos bajos y medios, sobre todo en el Lejano Oriente, el Medio Oriente y Europa. Sin embargo, en América Latina se observa una tendencia opuesta: la proporción de artículos publicados sobre traumatismos causados por el tránsito disminuyó en 49% desde el año 2004 (22). Los países en desarrollo no sólo deberían tratar de reducir el número de traumatismos causados por el tránsito, fomentando la conducción de investigación sólida. Además, deberían también publicar dichas investigaciones para contribuir, de esta manera, con la masa de conocimiento mundial. Para ello, tanto los actores internacionales como las instituciones locales públicas y privadas, deben garantizar el apoyo adecuado para la generación de evidencia local.

El desarrollo de medidas efectivas de prevención de los traumatismos causados por el tránsito depende de información confiable y detallada acerca de las incidencias y los desenlaces de mecanismos específicos de los distintos tipos de trauma. La escasez de datos de vigilancia en los países en desarrollo conlleva a una subestimación de la magnitud del problema. De hecho, en el Informe sobre la situación mundial de la seguridad vial de la OMS (4) sólo 22% de los países tenía información sobre la magnitud del problema de los traumatismos causados por el tránsito, los costos que estas lesiones ocasionan para el sector salud o para la economía nacional, así como datos necesarios para vigilar y evaluar adecuadamente las intervenciones puestas en marcha. Los sistemas de vigilancia en los países de ingresos bajos y medios podrían mejorarse de manera sustancial con inversiones selectivas (20). Una actualización de los sistemas preexistentes, tales como datos de la policía, reportes de atención e internamiento en hospitales y los registros de mortalidad, podrían ser también efectivos.

           


PROGRESOS Y REPERCUSIÓN PARA EL PERÚ
Es crucial que los esfuerzos para llevar a cabo investigaciones, incluyendo el fortalecimiento de los sistemas de vigilancia, se amplíen en los países en desarrollo, teniendo en cuenta las especificidades de los contextos regionales. Investigación indispensable lo conforman la evaluación de los conocimientos, las actitudes y los comportamientos por parte del público; el establecimiento de prioridades regionales; la evaluación de costo-efectividad de las distintas intervenciones y la evaluación de las prácticas de atención hospitalaria existentes. Los grupos que vienen desarrollando o iniciando investigación en el tema deben ser reforzados y fortalecidos, y los investigadores locales deben ser alentados a compartir sus conocimientos a nivel internacional a fin de poder combatir la epidemia de traumatismos causados por accidentes de tránsito alrededor del mundo.

Además, los responsables de las políticas de salud deben establecer vías de comunicación con otros actores relevantes. Dos interesantes iniciativas locales merecen ser destacadas en el Perú; en primer lugar, el Ministerio de Salud realizó importantes progresos mediante el establecimiento, en el año 2004, de la Estrategia Sanitaria Nacional de Accidentes de Tránsito (ESNAT) (23), similar a las de tuberculosis y de VIH/SIDA. A pesar de las limitaciones en su financiamiento, la ESNAT ha establecido un canal de intercambio entre varios actores locales, incluyendo varios sectores, entre ellos, policía, transporte, organizaciones no gubernamentales, organizaciones técnicas internacionales, proveedores de salud públicos y privados, entre otros. Aunque loable, persisten aún desafíos importantes relacionados, sobre todo, con identificar las estrategias más apropiadas para vincular e integrar efectivamente a aquellos tomadores de decisión de otros sectores, particularmente de los Ministerios de Economía y de Transportes.

En segundo lugar, la reciente identificación de las prioridades nacionales para la investigación en salud también ha sido importante. Aunque este ejercicio ha sido repetido recientemente de una manera más participativa, en el año 2007 el Instituto Nacional de Salud del Perú esbozó las prioridades de investigación a nivel nacional (24), y, sobre todo, asignó financiamiento para llevar a cabo investigaciones en aquellas áreas identificadas como relegadas. Los traumatismos causados por el tránsito fueron seleccionados como una de esas áreas y, en el año 2009, se estableció el Programa de Investigaciones en Accidentes de Tránsito con financiamiento por un año (25). Este liderazgo en el tema, originado desde el sector salud, necesita ser protegido, apoyado, sostenido y mejorado para asegurar su presencia y constancia en el tiempo y, puesto que tendrá impacto a corto, mediano y largo plazo en el progreso del área de los traumatismos causados por el tránsito en el Perú.

En América Latina, la mayoría de los países tienen leyes, al menos formuladas, sobre límites de velocidad, conducir en estado de ebriedad, uso de cascos, uso de cinturón de seguridad y de asientos especiales para niños. Sin embargo, carecen del poder para asegurar el cumplimiento efectivo de dichas leyes (4). Asimismo, existe una gran variabilidad, de manera que las altas incidencias de traumatismos causados por el tránsito seguirán marcando a la región. Como un tema de investigación, los investigadores deben apuntar a mejorar su comprensión de la dinámica entre pobreza y desigualdad como determinantes importantes de salud. El entender esta dinámica local resultará en la formulación de las políticas más adecuadas orientadas a remediar los traumatismos causados por el tránsito (26).


AGRADECIMIENTOS
Nuestro agradecimiento a Ricardo Vásquez Orellana por su apoyo editorial en la elaboración de este manuscrito.


Fuente de Financiamiento
JJM fue el investigador principal del Programa de Investigación en Accidentes de Tránsito (PIAT), financiado por el Instituto Nacional Salud de Perú y ejecutado por la ONG Salud Sin Límites Perú.


Conflicto de Interés
Los autores declaran no tener conflictos de interés en la publicación de este artículo.



REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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25. Instituto Nacional de Salud. Programa de Investigacion en Accidentes de Tránsito. [Página en Internet]. Lima: INS; 2009 [Fecha de acceso: 1 de junio de 2010]. Disponible en:http://www.ins.gob.pe/insVirtual/ins/investigacionEnSalud/InvestigacionesFinanciadasINS/programasInvestigacionAccidentesTransito.asp.  
26. Cáceres CF, Mendoza W. investigación globalizado y ?? la ciencia nacional ??: el caso de Perú. Am J Public Health. 2009; 99 (10): 1792-1798.         [  Links  ]



FUENTE:
MIN HUANG, Cheng et al . Traumatismos causados por el tránsito en países en desarrollo: agenda de investigación y de acción. Rev. perú. med. exp. salud publica,  Lima,  v. 27,  n. 2, jun.  2010 . Accedido en  11  mayo  2015.  Disponible en <http://www.scielo.org.pe/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1726-46342010000200013&lng=es&nrm=iso>. 

Comportamiento del trauma craneoencefálico en Matanzas. Año 2009

AUTORAS
Dra. Eglys Rodríguez Ramos (1)
Dra. Letier Pérez Ortiz (2)
1) Especialista de II Grado en Neurocirugía. Profesora Asistente. Máster en Urgencias Médicas. Hospital Provincial Clínico Quirúrgico Docente José R. López Tabrane. Matanzas.
2) Especialista de II Grado en Neurocirugía. Profesora Asistente. Hospital Provincial Clínico Quirúrgico Docente José R. López Tabrane. Matanzas.


RESUMEN

En Cuba los traumas craneoencefálicos graves se consideran la cuarta causa de muerte, pero constituyen la primera en la población menor de 45 años de edad, a la vez que son responsables de dos tercios de las muertes en esta edad. Se realizó un estudio observacional, descriptivo y transversal, con el objetivo de caracterizar los pacientes con traumas craneoencefálicos, que fueron atendidos por el servicio de neurocirugía del Hospital Provincial Clínico Quirúrgico Docente José R. López Tabrane, de Matanzas, procedentes de las diferentes unidades de atención de la provincia, en el año 2009. La muestra la forman 60 pacientes. Entre los principales resultados se destacan que el accidente de tránsito constituyó la principal causa de traumatismo; la población masculina por debajo de los 45 años es la más afectada; y la mayor mortalidad estuvo vinculada a las colecciones yuxtadurales y los traumatismos múltiples. La mortalidad fue de un 30 %.


DECS
TRAUMATISMOS CRANEOCEREBRALES/epidemiología
TRAUMATISMOS CRANEOCEREBRALES/ultrasonografía
TRAUMATISMOS CRANEOCEREBRALES/complicaciones
TRAUMATISMOS CRANEOCEREBRALES/mortalidad
TOMOGRAFÍA/métodos
HIPERTENSIÓN INTRACRANEAL/complicaciones
ACCIDENTES DE TRÁNSITO
ACCIDENTES POR CAÍDAS
NEUROCIRUGÍA
SERVICIOS HOSPITALARIOS
ESTUDIOS OBSERVACIONALES
EPIDEMIOLOGÍA DESCRIPTIVA
ESTUDIOS TRANSVERSALES
HUMANOS
MASCULINO
MEDIANA EDAD

INTRODUCCIÓN
El traumatismo craneoencefálico (TCE) constituye la primera causa de muerte e incapacidad en la población menor de 45 años en los países desarrollados, afectando principalmente a la población activa y originando grandes secuelas. En Cuba, los TCE graves son la cuarta causa de muerte, pero constituyen la primera también en la población menor de 45 años de edad, a la vez que son responsables de dos tercios de las muertes en esta edad. En el 64,71 % de las unidades de atención especializada al neurotrauma en el país, ingresan anualmente más de 50 pacientes. Lo anterior se recoge en estudio realizado por la dirección nacional de estadísticas (1). Las causas más frecuentes son los accidentes viales, que originan el 70 % de estos traumatismos, seguido de las caídas y accidentes laborales. 

En la provincia de Matanzas, por su parte, se manifiesta dentro de los problemas de salud por su incidencia y morbimortalidad. Aunque luego de la puesta en marcha del Sistema Integrado de Urgencias Médicas y la aplicación de algoritmos para la atención a estos pacientes, la tendencia es hacia la reducción de la morbimortalidad, pudiendo obtenerse aún resultados más alentadores, comparándolos con otras provincias de país. 

En la sociedad contemporánea el TCE ha adquirido una importancia capital por su alta incidencia, y al estar presente en dos tercios de todos los traumatismos letales y en un gran número de personas con edades activas que desde el punto de vista social se mantienen discapacitadas por un período variable de tiempo o de forma permanente, trayendo consigo un costo social elevado. Por tales razones, la Organización Mundial de la Salud (OMS) definió los traumatismos en el siglo XX como la “epidemia silenciosa” (2-4).



MÉTODOS

Se realizó un estudio observacional, descriptivo y transversal, con el objetivo de caracterizar los pacientes con TCE, que fueron atendidos por el servicio de Neurocirugía del Hospital Provincial Clínico Quirúrgico Docente José R. López Tabrane, de Matanzas, procedentes de las diferentes unidades de atención de la provincia, para evaluar el comportamiento del trauma craneoencefálico en la provincia durante el año 2009.

El universo de estudio quedó constituido por 85 pacientes diagnosticados con trauma craneal en el período señalado, y la muestra la forman 60 pacientes que cumplieron con los criterios de inclusión de la investigación, resultando todos los pacientes ingresados y diagnosticados con trauma craneoencefálico según criterios clínicos e imaginológicos, en este período.


RESULTADOS
Partiendo de que el verdadero impacto para la sociedad puede ser medido sólo si se considera que el trauma ataca a sus miembros más jóvenes y productivamente activos, se comenzó este estudio analizando la distribución de la muestra por sexo y edad.

Tabla No. 1. Distribución de los traumas craneoencefálicos según edad y sexo

Edad
Sexo
Total
Femenino
Masculino
No.
%
No.
%
No.
%
45 años
8
13,3
33
55
41
68,3
46- 54 años
2
3,3
11
18,3
13
21,7
55 años
3
5
3
5
6
10
Total
13
21,7
47
78,3
60
100
Fuente: historias clínicas.
No se evalúa correctamente un traumatismo de cualquier tipo sin tener en cuenta los elementos cinemáticas que lo provocaron.

Tabla No. 2. Cinemática del trauma craneoencefálico
Cinemática
No. pacientes
%
Accidentes de tránsito
36
60
Caída de altura
14
23,3
Accidentes laborales
6
10
Otros
4
6,6
Total
60
100
Fuente: historias clínicas.
A continuación se muestra el estado neurológico de los pacientes al ingreso.

Tabla No. 3. Evaluación neurológica al ingreso  
  Escala de Glasgow
No. pacientes
  %
8 puntos
26
43,3
9-13 puntos
24
40
14-15 puntos
10
16,7
Total
60
100
Fuente: historias clínicas.
Luego de realizada la tomografía axial computarizada a todos los pacientes, las lesiones que se diagnosticaron se muestran en la tabla No. 4.

Tabla No. 4. Resultado según el diagnóstico tomográfico de los pacientes con TCE

Diagnósticos
Resultado al egreso
Vivo
Fallecido
No.
%
No.
%
Fractura lineal*
10
16,6
4
6,6
Fractura deprimida*
5
8,3
1
1,6
Lesión axonal mod. severa
3
5
4
6,6
Hematoma subdural
8
13,3
9
15
Hematoma epidural
6
10
4
6,6
Contusión focal con efecto de masa
6
10
2
3,3
Contusión focal sin efecto de masa
3
5
-
-
Contusión múltiple
2
3,3
1
1,6
HSA postraumática *
4
6,6
3
5
VIH
4
6,6
3
5
HIP
4
6,6
2
3,3
Fuente: historias clínicas.
*Se asocia a otros diagnósticos.
Seguidamente se presenta en el gráfico 1 los resultados según la escala de Glasgow, al egreso.

Gráfico 1. Resultados al egreso
 
DISCUSIÓN
En el Hospital Provincial Clínico Quirúrgico Docente José R. López Tabrane, de Matanzas, centro provincial para la resepción del paciente politraumatizado, se valoran anualmente alrededor de 300 pacientes con trauma craneal, clasificados de leves, y son ingresados un promedio de 80 casos entre leves, moderados y severos, constituyendo estos dos últimos la cifra mayor de ingresos. 

El grupo etáreo por debajo de 45 años resultó el más afectado, con un total de 41 casos, lo que representa el 68,3 % de la muestra, no siendo despreciable el grupo siguiente, que incluye los pacientes entre 46 a 55 años, con 13 casos, para un 21,7 %. El comportamiento es similar a las estadísticas mundiales, que contemplan a los individuos comprendidos entre los 15 a 45 años como los de mayor incidencia (1-3). En el presente estudio, el 78,3 % corresponde al sexo masculino, con 47 pacientes, y 21,7 % al sexo femenino, con 13 casos, encontrándose una relación hombre/mujer de 3:1, similar a otras series estudiadas (4,5) (tabla No. 1). En Cuba, la mayoría de los traumas craneales ocurren en el sexo masculino con proporciones que oscilan entre 3:1 y 5:1 con marcada incidencia por debajo de 35 años (2). 


Se encontraron tres mecanismos de lesión fundamentales: 1) los accidentes de tránsito, en 36 casos (60 %);

2) caída de altura, con 14 casos (23,3 %); 3) accidentes laborales, 6 casos (10 %); y otras causas, dentro de las que se incluyen la agresión, presentó 4 pacientes (6,6 %). Siguen siendo los accidentes del tránsito el primer mecanismo de producción del trauma y del trauma craneoencefálico, seguidos de los hechos violentos, cada día con más incidencia, y en una cifra cada vez más ascendente. Estos resultados son similares a los obtenidos por otros investigadores según la literatura consultada (1,6).
Se obtuvo que el 57 % de los casos ingresaron con una clasificación de leve o moderado, 10 pacientes con puntuación entre 14 y 15 (16,7 %), y 24 pacientes con valores entre 9 y 13 (40 %). El 43 % (26 casos) al ingreso, se clasificó de grave. Existen diferencias entre los disímiles estudios, en cuanto a la incidencia del trauma, pero el estimado se encuentra entre un 10 a un 20 % el trauma severo, de un 10 % el moderado, y alrededor del 80 % el leve (3,6,7). 


En el estudio tomográfico, por orden de frecuencia se obtuvo que el hematoma subdural ocupa el primer lugar con 17 casos (28,3 %), teniendo además la mayor mortalidad: 9 fallecidos, representando el 15 % de la muestra.


En segundo lugar, se apreció la fractura lineal, pero realmente este tipo de lesión se asoció a contusiones cerebrales con efecto de masa y hematomas yuxtadurales, fundamentalmente donde en la tomografía se constató desplazamiento de línea media en más de un centímetro y ausencia de cisternas de la base, las cuales tuvieron la mayor mortalidad; con un 6,6 %, también conforman la mortalidad en esta serie los hematomas epidurales. Por otra parte, no se debe despreciar los hematomas intraventriculares por su mal pronóstico, descrito en otros estudios con lo cual las autoras coinciden y se deja ver en esta muestra; tampoco la hemorragia subaracnoidea. Las autoras comparten la opinión de que esta entidad se debe pensar más en su identificación para prevenir sus efectos como lesión secundaria por isquemia en el encéfalo dañado primariamente (8). 


La complicación más frecuente resultó la hipertensión endocraneana en 24 pacientes, para un 40 % en esta serie. 


Los pacientes en el grado V exhibieron los mejores resultados con una recuperación total, encontrándose el 53,3 %; en el grado VI, con moderada discapacidad pero independiente, se hallaron 5 pacientes (8,3 %); con discapacidad severa y dependientes, grado III, 3 casos (5 %); en estado vegetativo, grado II, 1 paciente (1,6 %); y en grado I, 18 pacientes, para un 30 % de mortalidad. La morbilidad, que incluye discapacidad desde leve hasta el estado vegetativo, se promedia en esta muestra en un 14,9 %, estando en correspondencia con otras series (5,9-11). 


No se considera una mortalidad elevada, comparándolo con cifras de años previos en Matanzas, las cuales ascendían a más del 60 % en el trauma grave. Se plantea este comportamiento por la puesta en marcha del Sistema Integrado de Urgencia Médica, la disponibilidad de imagen tomográfica en la provincia, y la aplicación de protocolos para la atención del paciente con trauma craneoencefálico leve, moderado, o severo. 


El TCE constituye actualmente una problemática de salud, alcanzando las primeras causas de muertes, deja a un grupo de pacientes con devastadoras secuelas, generando un alto costo económico. De ahí la importancia del trabajo profiláctico diario, en aras de prevenir y disminuir los accidentes que constituyen la causa directa para que ocurran estas lesiones.



REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

  1. Pereira R. Traumatismo craneoencefálico en adultos. Guías terapéuticas en Neurocirugía. La Habana: Hospital Calixto García; 2004 [citado 20 Jun 2010]. Disponible en:http://bvs.sld.cu/libros_texto/cirugia/indice_h.html
  2.  Liang D, Bhatta S, Gerzanich V, Simard JM. Edema citotóxico: mecanismos de la inflamación celular patológica. Neurosurg Focus. 2007; 22 (5): E2 1-9.
  3. Kshettrey VR, Mindea SA, Batjer HH. El manejo de las lesiones craneales en la antigüedad y más allá.Neurosurg Focus. 2007; 23 (1): 1-8 E8.
  4. Mosquera G. Mortalidad por trauma craneoencefálico en el adulto mayor. AMC [serie en Internet]. 2009 [citado 20 Jun 2010];13(1):[aprox. 10 p.]. Disponible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1025-02552009000100007&lng=es
  5. Mohindra S. Continuación del mal resultado quirúrgico después de una lesión cerebral ancianos.Neurología Quirúrgica. 2008; 69: 474-9.
  6. Bárcena A, Rodríguez C, Rivero B, Cañízal J, Mestre C. Revisión del traumatismo craneoencefálico. Neurocirugía. 2006;17:495–518.
  7. Mosquera G, Valdés Blánquez J, Varela A. Protocolo de manejo hospitalario del trauma craneoencefálico en el adulto mayor. Rev Electrónica Archivo Médico de Camagüey. 2010;14(1).
  8. Mosquera G, Vega Basalto S, Valdés Blánquez J, Varela Hernández A. Manejo hospitalario del trauma craneoencefálico menor en el adulto mayor. AMC [serie en Internet]. 2010 [citado 20 Jun 2010];14(1): [aprox. 10 p.]. Disponible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1025-02552010000100014&lng=es
  9. Varela A. Algoritmo para el manejo en el servicio de urgencias hospitalario de los pacientes con trauma craneoencefálico leve [tesis]. Camagüey: Universidad de Ciencias Médicas Carlos J. Finlay; 2008.
  10. Morán FA. Nuevo algoritmo de conducta neuroquirúrgica en los traumatismos craneoencefálicos. La Habana: Instituto Superior de Medicina Militar Dr. Luis Díaz Soto; 2009.
  11. Lacerda A. Craniectomía descompresiva precoz en el manejo del TCE grave. Ciego de Ávila: Universidad de Ciencias Médicas; 2009.
RESUMEN
En Cuba, los traumatismos craneoencefálicos graves se consideran la cuarta causa de muerte, sino que son el primero de ellos en la población de edad, menos-que-45-años, al mismo tiempo que son responsables de dos tercios de las muertes en esta edad. Hicimos un estudio observacional, descriptivo y transversal, con el objetivo de caracterizar los pacientes con traumatismos craneoencefálicos que fueron atendidos en el servicio de neurocirugía del Hospital Provincial Docente Clínico-quirúrgico José R. López Tabrane, de Matanzas, formulario remitido a los diferentes cuidado de la salud instituciones de la provincia en 2009. La muestra estaba formada por 60 pacientes. Entre los principales resultados se destacó el hecho de que los accidentes de tráfico son la principal causa de traumatismo; la población masculina menor de 45 años fue el más afectado uno; y la mayor mortalidad se relacionó con colecciones yuxtadural y múltiples traumatismos.Hubo un 30% de la mortalidad.


MESH
CRANEOCEREBRAL TRAUMA / epidemiología craneoencefálico TRAUMA / ecografía craneoencefálico TRAUMA / complicaciones  craneoencefálico TRAUMA / mortalidad  / tomografía métodos hipertensión intracraneal / complicaciones ACCIDENTES DE TRÁFICO, ACCIDENTAL FALLS   NEUROCIRUGÍA HOSPITAL SERVICIOS OBSERVACIONAL ESTUDIOS  Epidemiología Descriptiva  Estudios Transversales  seres humanos MACHO MEDIANA EDAD



FUENTE:
Rodríguez Ramos E, Pérez Ortiz L. Comportamiento del trauma craneoencefálico en Matanzas. Año 2009. Rev Méd Electrón. [Seriada en línea] 2010;32(6) [citado 11 Mayo 2015]. Disponible en URL:http://www.revmatanzas.sld.cu/revista%20medica/ano%202010/vol6%202010/tema01.htm